
Cómo un residuo de la industria metalmecánica puede convertirse en material para la construcción
El sector del acero es uno de los más dinámicos de la industria metalmecánica, debido al gran aumento del uso de este producto en los ámbitos de la construcción y de la ingeniería mecánica. Entre los muchos tipos de aceros existentes, el acero inoxidable es conocido por su excelente resistencia a la corrosión. Por esta especial característica, es uno de los recursos más demandados a escala mundial, con una producción que en 2019 superó los 52,2 millones de toneladas.
El acero inoxidable es un material reciclable, pero su producción genera muchos residuos. De hecho, por cada 2-4 toneladas de acero inoxidable producidas, se genera aproximadamente 1 tonelada de desechos, convirtiéndose en un importante riesgo ambiental. Según datos de producción de acero de la Unión Europea, en 2018, el 73% de estos subproductos se reutiliza como agregados artificiales en la construcción de carreteras y en la producción de cemento, pero estos sectores no pueden absorber la cantidad total de escoria producida.
Del 27% restante, el 13% se deposita en vertederos y el 14% aparece como almacenamiento interno. Los vertederos pueden ser una fuente importante de contaminación del aire, el agua y el suelo, y además afectan negativamente al crecimiento de la vegetación y a la salud humana. En este sentido, es imprescindible desarrollar nuevas tecnologías, para valorizar los residuos producidas y, definitivamente, conseguir una industria metalúrgica sostenible.
Proyecto 4R Photoslag en la industria metalmecánica
Éste es uno de los objetivos del proyecto 4R Photoslag que pretende convertir estos residuos dañinos, en una oportunidad de negocio real y que contribuya a avanzar en un modelo de economía circular para la siderurgia. Impulsado por el programa ComFuturo de la Fundación General CSIC, este nuevo material con propiedades autolimpiadoras y descontaminantes, le permitiría incorporarlo como aditivo en materiales de construcción. De esta forma, se conseguirían pavimentos o edificios ecoeficiente, valorizando el residuo industrial.
Para lograr este ambicioso objetivo se establecen cuatro fases:
- Evaluación de diferentes rutas de conversión, para el acondicionamiento y optimización de los residuos.
- Análisis de la eficacia descontaminante y autolimpiadora de los materiales desarrollados.
- Fabricación de materiales de construcción, para incorporando como aditivos de estos materiales transformados.
- Validación medioambiental, técnica y económica de los materiales fabricados asociada a cada una de las aplicaciones potenciales.
Los primeros resultados han demostrado que las escorias de acero inoxidable se pueden transformar en adsorbentes efectivos de contaminación de bajo costo, aprovechando los componentes mayoritarios (silicio, calcio y magnesio) de los desechos originales. Los primeros test probados han permitido obtener materiales con una mayor capacidad de adsorción de contaminantes en su superficie.
Por otro lado, se ha comprobado que se pueden utilizar los diferentes óxidos metálicos (TiO2, Fe2O3 y Mn2O3) presentes en el residuo como posibles catalizadores para transformar los contaminantes en compuestos inocuos. La posible sinergia de ambos procesos, adsorción-catálisis, se convierte en el objetivo clave de este proyecto y un importante avance para dar respuesta a industrias metalmecánica y de la construcción, trazando el camino hacia la reducción del impacto medio ambiental.